Política de Cookies

El sitio web de la Universidad de Cádiz utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis de uso y medición del tráfico, así como permitir el correcto funcionamiento en redes sociales, y de este modo poder mejorar su experiencia de navegación.

Si desea configurar las cookies, pulse el botón Personalizar Cookies. También puede acceder a la configuración de cookies en cualquier momento desde el enlace correspondiente en el pie de página.

Para obtener más información sobre las cookies puede consultar la Política de cookies del sitio web de la Universidad de Cádiz.

Personalización de Cookies

El sitio web de la Universidad de Cádiz utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis de uso y medición del tráfico, así como permitir el correcto funcionamiento en redes sociales, y de este modo poder mejorar su experiencia de navegación.

Para obtener más información sobre las cookies puede consultar la Política de cookies del sitio web de la Universidad de Cádiz. También puede acceder a la configuración de cookies en cualquier momento desde el enlace correspondiente en el pie de página.

A continuación podrá configurar las cookies del sitio web según su finalidad:

  • Análisis estadístico

    En este sitio se utilizan cookies de terceros (Google Analytics) que permiten cuantificar el número de usuarios de forma anónima (nunca se obtendrán datos personales que permitan identificar al usuario) y así poder analizar la utilización que hacen los usuarios del nuestro servicio, a fin de mejorar la experiencia de navegación y ofrecer nuestros contenidos de manera óptima.

  • Redes sociales

    En este sitio web se utilizan cookies de terceros que permiten el correcto funcionamiento de algunas redes sociales (principalmente Youtube y Twitter) sin utilizar ningún dato personal del usuario.

UniversidaddeCádiz
Literatura Oral de Cádiz

En la estación de Alicante



Transcripción

Pongan atención, señores,   lo que le vamo(s)n a explicar
el caso de una señora y un cumplido militar.
En la estación de Alicante se ha subido un militar
en un coche de segunda que para su casa va.
Al ir a tomar asiento el joven quedó mirando
a una señora tan guapa que lleva a un niño en los brazos.
La señora le pregunta: —¿Es qué va usted con permiso?—
Y el muchacho le contesta: —No, señora, voy cumplido.—
La señora la pregunta y le dice muy risueña:
—Si no tiene inconveniente me quiere usted dar las señas.
—Señora, soy de Almadén, me llamo José Jiménez,
vivo en la calle mayor, número cuarenta y nueve.—
La muchacha se levanta le dice con mucha gracia:
—Me quiere coger al niño mientras bajo a beber agua.—
Pasaron cuatro estaciones, la señora no volvió
y el militar con el niño: —Ahora que voy a hacer yo.—
Se queda mirando al niño, dice: —No viene tu madre.—
Ve que en la mano derecha lleva colgada una llave.
Le coge la llave al niño, coge y abre la maleta
y dentro de unos papeles llevaba cien mil pesetas;
y en los papeles decía: —Procura al niño criarlo
y si no tienes bastante lo publica(s) en el diario.—
Al llegar a la estación, donde todos lo esperaban,
al verlo con aquel niño su madre le preguntaba.
La novia se aproximó diciéndole estas palabras:
—¿Ese niño de quién es?, tú me tienes engañada.—
Y de la estación al pueblo le dice lo que le pasa,
cómo le dieron el niño y el dinero que llevaba.
Preparan para la boda deseguida se casaron
y se llevaron al niño con biberón lo criaron.
Cuando el niño es mayorcito lo meten en un taller
a que aprendiera de chofer que eran los deseos de él.
Cuando ya tiene el oficio, él se marchó a Barcelona
y se colocó de chofer con una noble señora
Ya lleva bastante tiempo sirviendo en aquella casa
y le hacía muchos regalos por lo bien que se portaba.
Hasta que un día la señora lo ha llamado a su despacho.
—Perdona mi atrevimiento y escucha lo que te hablo:
si te casaras conmigo, como yo no tengo a nadie,
todito mi capital sería para ti y tus padres.—
Y el muchacho le contesta con profundo sentimiento:
—Porque yo no tengo a nadie su petición la acepto.
Aunque en edad no igualamos, y perdone que hable así,
quiero pagarles con algo lo que ello(s) hicieron por mí,
porque mi madre me dejó, porque era una madre mala,
pero a mi me dejó dinero para que a mí me criaran.
—Hijo de mi corazón, yo no fui una madre mala
para eso dejé dinero para que a ti te criaran;
y a los que a ti te han criado quiero pedirles perdón
y también darles las gracias por ese grande favor.
Ya se te acabó el trabajo, el tormento y la fatiga,
de nada te faltará mientras tu madre te viva.

Clasificación

Fecha: 01/08/1982
Referencia: REF-0000441
Corpus: Romancero
Categoría: Romancero de cordel
Temáticas: Abandonos y reencuentros

Informante

Ana Zamudio Sánchez

Edad: 61
Localización: Torre Alháquime

Recolector

Virtudes Atero Burgos